Sonriendo,
unté la tostada con un poco de mantequilla, para masticarla sin ningún tipo de
asco.
La
felicidad me rebosaba en aquellos momentos, y eso hay que aprovecharlo.
Aun
no me podría creer que Mikel y yo nos hubiéramos besado.
Al
despedirse, me dijo que vendría de nuevo, y que esta vez me prepararía una gran
sorpresa.
Ya
había pasado unos días, más bien, hoy tendría que venir ya que era la charla de
los pulseras.
Estaba
nerviosa, ¿Qué sorpresa sería?
Y
encima el cabrón no paraba de mandarme mensajes en los que decía que iba a
morir al enterarme.
Me
levanté para mirarme en un pequeño espejo que tenía guardado en una mochila.
Había
mejorado mi aspecto, y eso se notaba bastante.
Mi
pelo parecía más fuerte y sano, mi cara ya no estaba tan pálida como antes.
Pero
donde más se notaba el cambio era en mi cuerpo, pues ya no era esquelético como
antes, y volvía a tener esas curvas que tan locos volvían a los chicos de mi
alrededor.
Por
primera vez en mucho tiempo, me veía guapa y radiante.
-
¡Hola!
Giré
para ver quien era. No me lo podía creer.
-
¡Teresa! ¡Dios
mío!
Corrió
para abrazarme.
-
¡Te dije que
vendría a verte!
-
Pero tía, te
fuiste hace una semana
-
¿Y? No voy a
dejarte sola…
Sonreí
y le devolví el abrazo.
-
¿Alguna
novedad por aquí? – preguntó.
Recordé
a Mikel. ¿Se lo contaba? ¿Podría confiar en ella?
-
Pues… - empecé
a decir no muy segura.
-
¿Algo ocurrido
con Mikel? – la miré incrédula – No se… ¿Algún morreo en la terraza?
-
Como sabes…
-
Le ayude a
planificarlo todo, bonita
Me
quedé sin habla por unos instantes.
Reí
y me tiré encima de ella, haciendo que cayera estrepitosamente al suelo.
-
¡¡Alicia!!
-
¡Eres la
mejor! ¡Eres la mejor!
-
Lo sé, lo sé,
¡pero quita de encima!
Le
tendí la mano para que se pusiera de pie.
-
Loca…
-
¡Eres un
encanto!
Di
vueltas de un lado a otro por la habitación, con ojos de enamorada.
-
Te gusta mucho
Mikel, ¿eh?
-
Si…
-
¡Incluso más
que a mí!
Me
sonrojé y sonreí con timidez.
-
Estás mucho
más guapa, Ali
-
¿De verdad?
-
Si, se nota
que has mejorado mucho
Pegué
un salto y empecé a bailar sola, dando por hecho que estoy muy mal de la
cabeza.
-
Y hoy viene a
verme… - dije ilusionada - ¡Y me tiene preparada una sorpresa!
-
Pues de eso no
sabía nada… ¿Qué será?
-
No se, pero
estoy de los nervios
Recibí
otro mensaje.
-
Es suyo, y
dice que tiene ganas de verme
Me
mordí el labio y me senté en la cama, perdiendo de repente toda la energía de
antes.
-
¿Estás bien? –
preguntó Teresa al percatarse de mi estado de humor.
-
¿Y si pasa
algo malo entre nosotros y recaigo de nuevo?
-
No pasará
nada, ya verás
-
Soy capaz…
-
Pero no pasará
Le
sonreí y abracé a mi amiga con cariño.
-
Te quiero
mucho Teresa, gracias por todo
-
No seas tonta
Alicia
Seguí
comiendo un poco más de tostada, me acababa de entrar hambre de nuevo.
·················
Llegué
a la sala, donde ya estaban las chicas sentadas, esperando impacientadas la
llegada de los pulseras.
Y
por supuesto llegaron, sonriendo como siempre y saludando con amabilidad.
Sentada,
miré a Mikel, que también me buscaba con la mirada.
Al
encontrarnos, me señaló con disimulo al sitio de la otra vez.
Parecía
que había pasado 2 meses después de aquel encuentro, en el que aun no nos
habíamos besado ni por asomo.
Asentí
y seguí escuchando a Joana con atención.
Al
terminar, fui corriendo a donde Mikel había dicho.
Allí
me esperaba el, sonriendo al verme.
Me
abrazó, y para mi sorpresa, me dio un beso tierno en los labios.
-
¿Preparada? –
dijo sonriendo.
-
Nací preparada
Me
sacó la lengua, divertido.
-
Este fin de
semana te vienes a mi casa, fuera del hospital
No hay comentarios:
Publicar un comentario