lunes, 29 de julio de 2013

Capítulo 9 [Segunda parte]

Conversación de Wendy y Mikel tras mi huída

Wendy se cruzó de brazos arrepentida por lo que acababa de decir. La estaba pagando conmigo por lo ocurrido con Nathan.

-          Alicia se ha pasado mucho – dijo Mikel un poco molesto.
-          No se ha pasado, te ha dicho exactamente la verdad. Le hiciste mucho daño
-          Tampoco fue para tanto, yo disfruté y ella disfrutó
-          ¿No te das cuenta de que se enamoró de ti?
-          ¿Y?
-          Tío, cuando oyó lo que decías de ella se quedó echa una mierda. ¡Una mierda!
-          Eres una exagerada, igual que ella…
-          No, no es una exageración. Yo conocí a Alicia gracias a Teresa, y cuando ella se fue, me tuve que encargar sola y nunca conseguía que se recuperase. Siempre estaba mal, sin comer y vomitando. Si no llego a llamar a Teresa para que volviese, cosa que ella no sabe, jamás se hubiera recuperado.

Mikel se quedó en silencio, quizás pensando en todo lo que dijo Wendy.

-          Mira… no se tu, pero yo me voy a disculpar por lo que le he dicho.
-          ¿Y yo de que debo disculparme?
-          Lo sabes perfectamente

Wendy salió por la puerta, dejando a Mikel. El chico suspiró muy confuso, sin nada claro en la mente.

Mientras tanto, muy lejos de allí, unas horas después…


No se porque lo hago, la verdad… pero bueno, ya no puedo cambiar de opinión.
La carretera aquella que el chico me había dicho, en efecto, estaba llena de motoristas, tanto chicos como chicas.

Pasé por al lado de ellos con un poco de timidez. Me miraron con curiosidad, pero no me dijeron nada.

- ¡Espera, guapa!

Para mi sorpresa, el chico de antes, el que me metió en todo este lío, venía corriendo hacia mí.

-          Al final llegaste…
-          Si, tenía curiosidad
-          Pues corre, las carreras van a empezar
-          ¿Cómo que…?

Sin decirme nada más, me llevó hasta una especie de claro, donde había todo tipo de motos.

- Escoge la adecuada para ti, y ya sabes, intenta ganar

Le miré horrorizada. ¿Lo decía en serio?
Ya no me podía negar, todos estaban preparándose para la carrera…

Un poco cortante, elegí la moto que más me llamó la atención.
Es negra entera y grande, muy brillante y bonita, y algo me decía que con ella podría hacer locuras muy fuertes.
La cogí del manillar y la desplacé hasta el punto de salida, donde ya muchos participantes esperaban montados en sus respectivas motos.

El chico, el cuál aun no me sé su nombre, me observaba desde lejos, sonriéndome y deseándome mucha suerte.
Le devolví la sonrisa un poco nerviosa. Es normal, esto es una locura.

Encendí el motor y a continuación lo hicieron los demás. Ya estaba todo preparado. Ya era la hora.
Suspiré y agarré con fuerza los manillares, no muy convencida.

- ¡¡YA!!

Mi cuerpo actuó solo, como si un acto reflejo fuese.
La moto se desplazó a gran velocidad por la carretera, adelanto a muchas personas que seguramente tendrías más experiencia que yo.

No me sentí asustada ¿Por qué? Todo el miedo de antes se había esfumado. Me sentía bien, libre, agradada conmigo misma. Igual que cuando vomitaba al ser anoréxica.

Adelanté a muchas personas, hasta que acabé ya en la tercera posición, peleándome por la segunda.

No me lo esperaba para nada, puede sonar muy machista, pero la persona que estaba segunda posición era una chica de más o menos mi edad.
No había visto a una como yo entre los participantes, me gustó un poco, ya que me sentía muy incomoda con tantos chicos  a mi alrededor.

Aun así la intenté superar, pero nada. Cuando quería adelantarla se me ponía en medio, lanzada una risotada muy fuerte.
Hice una maniobra peligrosa, cosa que no dio resultado ninguno. Lo único que hizo fue darme un susto, pues casi me caigo revoleada de la moto.

* * *
Salí de la moto temblado, pero no de miedo, si no de emoción, mucha emoción.
El chico se aproximó a mí sonriendo, es muy guapo, ahora que me fijo bien.

-          ¿Me vacilabas antes?
-          ¿Cuándo?
-          Cuando dijiste que nunca has hecho carreras.
-          Es la verdad, nunca he hecho esto…
-          Joder, lo haces de puta madre
-          Gracias… ¿Podré repetir?
-          ¿Hacer de nuevo una carrera?
-          Si, entiendo que no qui…
-          ¡POR SUPUESTO!
-          ¿De verdad? – le miré muy sorprendida.
-          Pues claro, eres buenísima, nunca has hecho ninguna carrera y has acabado tercera.
-          La tía esa se me ponía en medio todo el rato
-          Se llama Amelie, y es muy buena en esto de las carreras
-          ¿Y es como es fuera de ellas?
-          Muy dura, pero en el fondo se deja querer. Te llevarás bien con ella, ya verás.

Sonreí un poco, mirando al suelo con timidez.

-          Por cierto, me llamo Jonhatan – se presentó.
-          Yo Alicia

Nos dimos dos besos, como si nos viésemos ahora por primera vez en nuestra vida.

-          Yo debería irme, se ha hecho bastante tarde – informé – ¿donde dejo la moto?
-          Quédatela
-          Pero…
-          Hazme caso, ahora es tuya
-          Gracias

Me monté en ella y le dirigí la última mirada a Jonhatan.

Y pensar que un día así de mierda podría convertirse en algo perfecto gracias a estas carreras.

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