-
¿Qué vas a
hacer Mikel? – dije un poco divertida.
-
Voy a poner
película de miedo y he invitado a Àlex para verla
-
Pues mejor no
os molesto
Hice ademán de irme, pero
Mikel me paró.
-
Espera, ¿por
qué te vas? Ves la película con nosotros y si quieres puedes invitar a alguna
amiga
Sonreí. La verdad es que
nunca en mi vida he visto una película de miedo, así que sería divertida mi
reacción ante ellas.
-
¿Y para ver la
película solo has invitado a Àlex?
-
Si, con el en
vez de pasar miedo, reirás un montón
-
Bueno…
entonces… ¿puedo invitar yo a dos amigas?
-
Claro, invita
a quien quieras
Alcancé el móvil y entré
al Whatsapp. ¿A quién podía invitar?
Pensé en Sonia y Elvira.
Quedo muy poco con ellas, y la verdad es que me haría ilusión que ellas
estuviesen conmigo.
Les mandé un mensaje a las
dos. Aceptaron encantas, como no.
-
Viene acá… -
informé a Mikel, que estaba preparando palomitas.
-
¿Y quienes han
invitado?
-
No las
conoces, son dos amigas llamadas Sonia y Elvira.
-
Mejor, así
conozco a más amigas tuyas
Reí y me tiré al sofá. Observe
el televisor y di un salto.
-
¡¿Qué pasa?! –
exclamó Mikel algo asustado. Luego empezó a reír - ¿No habrás puesto la
película?
-
No seas
idiota. ¿La veremos en 3D?
-
Claro, así
supongo que dará más miedo
-
¿Y las gafas?
¿Habrá para todos?
-
Claro, tu
tranquila que lo todo preparado
Suspiré y sonreí. Esta
noche no dormiría, pero bueno.
A los minutos llamaron al
timbre. Probablemente sería los invitados.
- Yo abro – dije
levantándome del sofá.
Abrí la puerta, y en
efecto, eran los invitados. Àlex, Sonia y Elvira.
- ¡Hola! Pasad
Abracé a Àlex
cariñosamente y luego fui hacia Sonia y Elvira.
- ¡TETE FEO! – gritó Mikel
lo más alto posible.
Las tres les miramos. Se
abrazaron con cariño y empezaron a pelear entre ellos, como dos niños pequeños.
- Que tontos sois – dije
riendo – como caigáis algo os mataré ¿eh?
Nosotras nos dirigimos al
sofá. Nos sentamos las tres juntas, para estar más cómodas.
-
Oídme chicas…
- murmuró Elvira con un poco de vergüenza – que yo grito mucho en estas
películas… así que lo siento si os dejo con sordera.
-
Tranquila,
eres como yo, también grito mucho – la tranquilicé, que supiera que no es la
única.
-
Bueno, yo no
tanto – dijo Sonia – me dará un poco de miedo, pero no gritaré
Reímos. En el fondo
gritaríamos todas, incluida Sonia.
Mikel y Àlex también se
sentaron, parecían ilusionados y todo.
-
¿Preparadas? –
preguntó Àlex con media sonrisa - ¿O pasaréis miedo?
-
A nosotras
nada nos da miedo – contesté haciéndome la chula.
-
Ya veremos,
Alicia – respondió Mikel con una pequeña sonrisa.
Les saqué la lengua y miré
a la pantalla.
-
¡¿Cómo que no
gritaremos?! – susurró Elvira a mi oído – te estás contra diciendo.
-
Ya… pero no
pienso que se hagan los guays delante de nosotras
-
Nos vamos a
cagar…
Mikel nos fue repartiendo
las gafas para ver la película en 3D, lo que la haría seguramente más
terrorífica.
-
¿Tenéis todo
el mundo? – preguntó al sentarse de nuevo.
Asentimos, aguantando las
ganas de gritar antes de tiempo. Putos nervios.
Pusieron la película. Su
principio no era nada de otro mundo, algo normal. Quizás ni daba miedo y solo
eran tonterías de ellos.
-
¿Qué película
estamos viendo? – preguntó Sonia, que abrazaba un cojín.
-
¿No os suena?
– preguntó Àlex con extrañeza.
-
No… -
respondimos todas confundidas.
-
Es
‘’Expediente Warren’’ salió hace poco en el cine – informó Mikel, cogiendo unas
pocas palomitas.
-
Ah, si, creo
que me suena – dijo Elvira, no parecía muy contenta.
La película seguía, y la
verdad es que no daba mucho miedo. Hasta que…
-
¡¡HOSTIA
PUTA!!
El grito de Elvira se
escuchó por todo el apartamento. Yo no grité, pero estaba pegada al sofá muerta
de miedo. Sonia parecía sorprendida.
En cambio, los dos chicos
no paraban de reír por el grito, ni siquiera parecían asustados.
-
Elvira, eso no
daba miedo – rió Mikel.
-
¡No que va!
-
Eso no es nada
comparado con las siguientes cosas que saldrán
Las tres nos pusimos
blancas.
-
Eh Alicia ¿Tu
no decías que no tenías miedo? – dijo Mikel con burla.
-
Y no tengo,
idiota
-
La única que
no parece tener es Sonia – comentó Àlex mirándola fijamente.
Ella hizo una mueca, en el
fondo tenía, pero no lo mostraba a la luz.
Seguimos viendo la
película. Elvira no paraba de gritar; yo cada vez me echaba más hacia atrás en
el sofá y Sonia no paraba de estrujar el cojín.
En algún momento me
pareció ver que Mikel me miraba de reojo, sonriendo un poco.
Àlex parecía muy
entretenido viendo la película. Es como si viera una de esas normales, que no
dan miedo.
Sin darme cuenta se me
escapó un pequeño alarido. Me tapé la boca, pero fue demasiado tarde, ya se
habían dado cuenta de todo.
Mikel rió en silencio,
aunque no comentó nada de mi pequeño grito.
Al terminar la película,
las tres dejamos las gafas en la mesa y nos levantamos temblando.
La pobre de Elvira
temblaba de pies a cabezas, estaba muerta de miedo.
Sonia no dejaba el cojín,
incluso cuando se levantó lo seguía apretando.
Yo también estaba
temblando, pero lo disimulaba, tengo un orgullo que no pienso perder.
-
Bueno… yo… me
voy… - comentó Elvira – ya nos vemos
Nos abrazo a Sonia y a mí.
-
Ya os acompaño
a las dos – dijo Àlex, parecía tener un poco de pena.
-
Gracias… -
respondió Sonia agradecida.
Mikel y Àlex se abrazaron
como despedida. Le dije adiós con la mano y los tres se fueron.
-
Bueno… - dije
controlando la voz – me voy a dormir
Avancé a mi habitación,
pero fui parada por Mikel.
-
Un momento –
dijo divertido - ¿No tienes miedo?
Negué con la cabeza,
sonriendo.
-
¿Seguro?
Puedes dormir conmigo…
-
Estás flipando
Mikel…
-
Ya claro, la
propuesta está en pie ¿eh?
-
Que si, que
si…
Le saqué la lengua y fui a
mi habitación. Cerré la puerta y me tumbé en la cama.
Suspiré, en verdad tengo
miedo, pero no quiero dormir con Mikel… creo.
Me puse el pijama y apagué
la luz con la intención de dormir.
Pero por desgracia, justo
al meterme en la cama, todas las imágenes de la película se me vinieron a la
mente y no paraban de acosarme.
Incluso por culpa del
miedo oía cosas que no pasaban. Escuchaba pasos, golpes…
En un momento dado me
pareció escuchar que aporreaban la puerta, por lo que pegué en bote en la cama.
Miré hacia ella. Nada, no había nada.
- Joder… suspiré – no me
quedará más remedio…
Me levanté lentamente.
Todo estaba muy oscuro, demasiado.
Otra vez me metí en la
cama, no podía, me daba miedo la oscuridad.
Cerré los ojos frustrada
por mi cobardía y tuve que hacer lo que menos deseaba en estos momentos.
- ¡MIKEEEEEEEEEEL!
Esperé, pero no
contestaba.
- ¡MIKEL POR FAVOR!
Grité tan alto que
ladraron hasta unos perros que paseaban por la calle.
Por suerte se enteró y
vino corriendo a mi habitación. Al entrar tenía cara de malas ideas,
probablemente estaba dormido.
-
¡¿Qué pasa?! –
exclamó – un poco más y no gritas.
Bajé la mirada, solamente
iba en boxer. Disimulé un poco, que no se notase que le había mirado
exactamente hay.
-
Si no dices
nada, me voy… - dijo con voz cansada.
-
¡No!
Me miró desesperado.
-
¿Pero qué
pasa?
-
Puedo… ¿puedo
dormir contigo?
Abrió muchos los ojos y se
le escapó una carcajada.
-
¡¿Después de
decir que eres valiente y no tienes miedo me preguntas si puedes?!
-
Si…
Empezó a reír como un
loco. Yo me moría vergüenza, pero no me quedaba más remedio.
-
¿Puedo o no? –
pregunté.
-
Si, anda ve…
Me levanté y sin mirarle a
la cara me dirigí a su habitación.
Al estar allí, me tumbé en
la cama. Estaba incomoda, la última vez que dormí con Mikel, pues fue… bueno,
cuando me quedé en su casa el fin de semana.
Este entró, aun riendo y
se tumbó a mi lado con una mirada traviesa.
-
Si me tocas,
juro que te corto los huevos – le amenacé seriamente.
-
Tranquila, con
buenos rollos ¿eh?
Asentí y sonreí un poco.
Suspiré y le di la espalda, mirando a la pared.
-
Gracias por
dejar que me quede – murmuré con los ojos cerrados.
-
No hace falta
darlas
Nos quedamos en silencio.
Mikel, inconscientemente, me abrazó por la cintura y se quedó así. No le di
importancia, estaba dormido y de esa manera me sentía protegida, sin miedo a
nada.
Me encanto este capitulo
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