-
¿Una fiesta?
-
Claro, estaría
guay… nunca hemos hecho ninguna aquí
-
Pero Mikel…
-
Ni peros ni
nada, aquí se va a montar una Project x
Mikel andaba de un lado a
otro sin saber que hacer. Se había levantando así de repente, con la idea de
montar algo.
En el fondo, también se
debía a que quería olvidar el casi beso de ayer. Y le comprendía, yo quiero de
olvidar de la misma manera.
-
¿Y que hay que
preparar? – pregunté con curiosidad.
-
Tu llama a la
gente, de preparar me encargo yo
-
Bueno, vale…
pues pasame número de tus amigos y por último llamo a los míos
Y así hizo, me pasó
bastantes números. ¿Cabríamos tantos en un apartamento?
Los fui llamando poco a
poco (también había chicas). Al acabar con todos esos, tocó a los míos. Espero
que acepten, me sentiría muy rara estando sola.
-
¡Wendy! –
exclamé – Fiesta en el apartamento.
-
No puedo
Alicia
-
Como que no…
-
Lo siento tía,
pero estoy muy ocupada ¿vale?
-
Joder… hace
tiempo que no quedamos.
-
Ya… bueno,
adiós.
Colgó sin darme tiempo a
decir nada más. Suspiré y marqué más números. Por suerte, las demás dijeron que
si. Por último, llamé a Jonathan.
-
¡Hola!
-
¿Alicia? Vaya,
creía que nunca me ibas a llamar.
-
¿Qué te pasa?
-
No se, ayer
casi me atropellas ¿eh?
-
¿Perdona? No
era yo, era el tío con el que iba
-
Al menos le
podrías decir que conduzca con cuidado y en su propio carril
-
Se lo dije,
pero paso lo que paso
-
Si, claro
-
Joder niño, te
he llamado para que vengas a una fiesta en mi apartamento
-
¿Para que me
mates? Paso
-
¡Al menos ven
para aclararlo todo! Por favor…
Hubo unos segundos de
silencio.
-
Esta bien…
-
Perfecto. La
fiesta comienza a las diez de la noche.
Colgué con felicidad.
Quiero que Jonathan venga, no sé porque, pero quiero.
-
¡Mikel! ¡Ya he
llamado a todo el mundo!
-
Vale… ven un
momento por favor
Extrañada, me acerqué a la
puerta de su habitación. Llamé dos veces.
-
¡¡Pero pasa!!
Abrí, un poco tímida por
lo que estaba pensado. Por suerte, simplemente estaba sin camiseta.
-
¿Qué ocurre?
-
No sé que
ponerme… ayúdame
Abrí los ojos y le miré.
Empecé a reír al momento. No podía ser cierto. ¡Me está pidiendo ayuda para
elegir ropa!
-
No rías y
ayúdame
-
¿Qué no me
ría? ¡Esto es lo más gracioso que me ha pasado en meses!
-
Cabrona
Se me echó encima, dándome
pequeños golpes en la cabeza.
-
¡Quita de
encima, burro!
No se quitó hasta unos
minutos después. Los dos reíamos acalorados.
-
Bueno... te
vistes simple y ya está.
Miré su armario, buscando
ropa. Y había todo tipo de ropa.
Saqué una camiseta blanca
que me gustó mucho. Se la di y le guiñé un ojo.
-
Pontela
Se la puso. Le quedaba
fenomenal.
-
Pues eso chico
listo, aquí tienes tu conjunto.
-
Una cosa más…
Me enseñó una colonia. Le
miré sorprendida, pero que cabrón es…
-
Espero que te
guste esta colonia
-
No veas…
serás…
Rió y me abrazó. Me dio un
beso en la frente con dulzura.
* * *
Ya eran las diez y media,
en total hacía media hora que la fiesta había empezado. Estaban casi todos los
invitados. Teresa, Elvira y Sonia hablaban animadamente entre ellas.
Pero yo no podía, Jonathan
no había aparecido por ningún sitio. Ni siquiera sabía como estaba.
Incluso le llamé un par de
veces, pero nada… solo comunicaba.
Me senté en el sofá. La
música sonaba fuerte, tanto que no me extraña que en cualquier momento se
quejen los vecinos.
-
Alicia –
Teresa se acercó a mí.
-
¿Qué pasa?
-
Un tal
Jonathan te está buscando
Me levanté del tirón,
asustando a la pobre Teresa.
En efecto, Jonathan
esperaba en un rincón, apartado de la gente.
Al verme suspiró y se
acercó poco a poco. Quedamos a centímetros.
-
Hola… -
murmuré sonriendo.
-
Hola
Me mordí el labio. Su tono
de voz es seco, como enfadado.
-
¿Podemos
hablar?
-
Cuando quieras
Le agarré de la mano y le
acompañé a mi habitación. Al estar allí cerré la puerta.
El se sentó en la cama con
el ceño fruncido.
-
¿Y bien? –
dijo en tono borde – estoy esperando
-
Mira, cuando
casi te atropella con el coche, miré a ver como estabas
-
Podrías haber
bajado
-
¡No podía!
-
Si hubieras
sido tu me hubiese vuelta loco con tal de ver como te encuentras
Nos quedamos en silencio.
Me miraba a los ojos, pero yo en cambio a el, no.
-
Si hubiera
visto que te pasó algo más grave, saldría del coche…
-
No creo, ¿eh?
-
¡En serio,
joder!
Suspiré y le di un golpe a
la puerta con la pierna. Es lo que me pasa cuando estoy furiosa por algo.
-
Tranquila, no
rompas nada
Jonathan se levantó y me
abrazo por la espalda. Sonreí un poco.
-
Volvamos a la
fiesta
Asentí y juntos salimos de
la habitación. Unos pocos nos vieron e instantáneamente pensaron mal.
Pero no les hice ni
puñetero caso, que piensen lo que les vengan en gana.
Jonathan en la fiesta
conocía a más gente, por lo que fue a saludar. Yo me dirigí a mis amigas, que
nos miraban a los dos sin comprender nada.
-
¿Quién es? –
preguntó Elvira.
-
Un amigo del
trabajo… - contesté sin más.
-
¿Amigo con
derecho a roce? – bromeó Teresa.
Le di un golpe flojo.
Parecía molesta pero en el fondo me hizo mucha gracia.
La fiesta estaba bien, al
cabo de una hora llevaba dos cubatas bebidos. En verdad eran pocos para lo que
normalmente bebo. Seguramente estaba aprendiendo a controlar.
Un gran grupo de gente se
reunió en rincón y se sentaron en el suelo. Curiosa me acerqué para ver que
hacían.
-
¿Quieres
jugar? – preguntó un chico al que no conocía de nada.
-
¿Qué juego se
supone que es?
-
El de la
botella… ¿sabes cuál, no?
-
Ah, si… vale,
estará divertido.
Me senté en el suelo. Éramos
el mismo número de chicos y chicas, por lo que podíamos jugar. Sonia, estaba
entre ellos, por cierto.
El juego comenzó, y uno de
los concursantes giró la botella, dando vueltas como una loca. Finalmente paró
en una chica de pelo rizado y pelirrojo teñido.
Se besaron, pero fue un
morreo. Me puse un poco nerviosa, pensaba que solo había que darse picos. A
veces me sorprendo de lo inocente que puedo ser.
El juego seguía y no me
había tocado ni una sola vez. Pero claro, todo tenía que llegar…
La botella me señalo a mi
con toda exactitud. Suspiré y miré al chico con el que me tenía que besar.
Jonathan.
Nos miramos sorprendidos,
ni el se había dado cuenta de mi presencia y el de la mía.
De por mi, me hubiese
rajado, pero no podía dejar el juego de esta manera.
Sin darme cuenta, Jonathan
ya me estaba besando. El beso fue rápido y acelerado, con lengua incluida.
Al separarse cogí una
bocanada de aire, me faltaba la respiración.
Nos miramos, el sonrió
como si nada. Yo no sonreí, me sentía extraña. El beso me ha gustado, hay que
decir que besa muy bien. Pero… es extraño todo.
El juego siguió, y me besé
con otros chicos, pero de todos esos besos, el que no se me borraba de la
cabeza era el de Jonathan. Ha sido… ¿especial?
* * *
Ya había pasado bastante
tiempo y mucha gente se había ido, incluido Jonathan. Nos despedimos con un
abrazo, algo incomodo por lo de antes.
Conversaba animadamente
con Mikel y unos amigos suyos, ya que mis amigas se fueron harán unos escasos
minutos.
-
Y vaya beso
que te diste con el tipo ese… - comentó Mikel de repente, parecía resentido.
-
¿Jonathan? A
si… nos tocó en el juego.
-
Pues bien que
se lo diste con ganas.
-
¿Qué dices
flipado? Creo que estás celoso…
-
¡Y una mierda!
Sus amigos miraban la
escena divertidos, uno de ellos carraspeó para que le escuchásemos.
-
Joder
Mikelino, bésala
Le miramos a la vez
sorprendidos.
-
No – dijimos
los dos a la vez.
-
Venga ya, un
beso pequeño.
-
¿Y por qué
quieres que la bese?
-
Porque os
morís de ganas ambos
-
Por supuesto
que no
-
Pues vale…
¿una apuesta de cien euros a que no la besas?
Hubo silencio. Mikel me
miró a los ojos y luego a los labios.
-
Ni se te
ocurra… - murmuré echándome atrás.
Demasiado tarde. Me agarró
de la cintura y aproximo su cara a la mía.
Nos quedamos así, ya no
podía oponer resistencia.
Me besó. Un beso dulce,
tierno, diferente al de Jonathan. No fue con lengua, solo fue un beso corto.
Pero uno muy significativo.
Nos separamos, me miró a
los ojos y me acarició la mejilla. Sonreí sin saber que decir, estaba muy
sonrojada.
-
Bueno, tío, mis
cien…
Se habían largado. Menudos
cabrones…
-
Ese se va a
enterar… - dijo Mikel alucinando.
-
Que rápido se
fueron
Otra vez nos miramos. Los
dos estábamos sonrojados. No nos besábamos desde hace muchos años.
Suspiré y sin saber
porque, le abracé, le abracé con mucha fuerza, hundiendo mi cabeza en su
hombro.
El me devolvió el abrazó y
así nos quedamos, sin querer separarnos el uno del otro.
ayyy quisiera q esto fuese real y q yo fuese alicia!!!
ResponderEliminarLo mismo digo😍
ResponderEliminarLo mismo digo😍
ResponderEliminar