Suspiré y salí de la
habitación, dirigiéndome a la de Mikel lo más aprisa posible, intentando no
pensar y cambiar de decisión.
No estaba en su
habitación, así que seguramente estaría en el baño dándose una ducha. La
guitarra yacía en la cama, y no pude resistirme a la tentación de cogerla.
De pequeña con doce años
daba clases de guitarra. Aunque hubiese pasado mucho tiempo, me acordaba
perfectamente de una canción. La última que toque antes de quitarme.
Me senté en el suelo y con
un poco de dificultad toqué ‘’Sense tu’’. Al poco le cogí el truco, tocándola
con energía y los ojos cerrado. Centrándome solo en la música, saliendo del
mundo.
Sin darme cuenta, la
canté. Es una canción que siempre me ha traído recuerdos, ya que solo escuchaba
esta, en una temporada algo extraña que pasé.
Llegando al final de la
letra, una voz, dulce y cálida me interrumpió.
-
Es de nit…
Abrí los ojos poco a poco.
Le miré y sonreí. La sonrisa me salió sola, como si fuera normal.
El también sonreía. Se
acercó y se sentó a mi lado. No apartaba su vista de la mía.
-
No sabía que
supieses tocar la guitarra
-
Solo un poco,
tampoco tanto
El silencio era un poco
incomodo. Miré al suelo, disimulando para no tener que mirarle a los ojos.
-
¿Y bien? ¿Qué
quieres? Tengo prisa.
-
¿Marchas?
-
Si, he quedado
con unos amigos
-
Raro en ti no
salir durante todo el día…
Reímos un poco. Una risa
nerviosa para calmar los nervios. Me fijé en su vestimenta, el tenía razón.
Vestía con ropa de salir a la calle e iba muy bien peinado.
-
¿No me tenías
que decir algo? No creo que estés en mi habitación por gusto.
-
Ya, ya… si,
quería hablar contigo – carraspeé un poco y levanté la vista – Mira… lo diré
sin rodeos. Es mi apartamento, y no pienso encerrarme en mi habitación como
hacía antiguamente para no tener que ver a nadie. Paso de tus tonterías ¿vale?
Y tenía mucha razón cuando dije ‘’¿Qué eres en mi vida?’’ porque solo eres uno
más, un tío del montón. Así que tu a mi no me vuelves a mandar, chaval. Y paso
de tener que estar todo el día con la sonrisita en la cara asintiendo en todo
lo que dices. Se acabó todo, vuelvo a ser la chica dura de antes que te mandaba
a la mierda con tan solo una mirada.
Resoplé. Me sentía libre
en ese momento. Había descargada toda la mierda que sentía en esos momentos.
Mikel en cambio parecía
muy enfadado, pero también flipaba. En sus ojos se veía el contraataque, esto
no había acabado, aun no.
Hice ademán de levantarme
en un pequeño acto de cobardía, pero el me agarró con fuerza del brazo y me
volvió a sentar en el suelo. Está enfadado, oh si.
-
Bonita de
cara, para tu información, este apartamento también es mío, así que déjate de
tantas tonterías. ¿Acaso he dicho qué te encierres en tu habitación? Que hagas
lo que te plazca, que me lo paso por los cojones. Me río en tu cara, bien que
estabas feliz cuando nos besamos en la fiesta, así que si soy ‘’algo en tu vida’’.
Pues no me chupes el culo, así de fácil, si no te gusta como soy me lo dices,
estúpida. ¿Quieres ser la amargada de antes? Muy bien, haz lo que quieras.
Ambos nos dirigíamos
miradas dolidas. Podría haberme levantado y dejar todo ahí, pero no. Sería
huir. Esta vez debía dar la cara en todo.
-
Me estás
calentando los ovarios, gilipollas. ¿Recuerdas cuando me echaste del
apartamento por follar con una tía? Pues eso, no pienso hacerte caso nunca más.
¿Feliz? Más bien ni te besé, tu te lanzaste a mi y yo no pude hacer nada, hasta
no quería darte el beso, que asco. Tranquilo, no me gusta tu culo. Sería una
amargada pero por lo menos nadie me tomaba el pelo.
-
¿Tanto te
gusto, que te caliento? Hombre, si quiero mi intimidad y tu vas a estar dando
por culo como siempre… pues paso ¿sabes? Ya, ya, pues disfrutaste mucho, no
parabas de sonreír cuando parábamos un poco. Asco dice… aun tienes ganas de
otro beso. Claro, también eras anoréxica.
Empecé a perder el
control, tanto de mis palabras, gestos, y voz.
-
¡MIRA, NO SEAS
TAN CHULO EH, PORQUE VAMOS! ¡¿DANDO POR CULO?! ¡HAGO LO QUE ME DA LA GANA, ASÍ
QUE CUIDADO! ¡Y ESTÁS MUY PESADO CON ESO DE LOS BESOS, QUIZÁS ERES TU EL QUE
TIENE GANAS DE BESARME A MI! PERO YA ESTOY CURADA, ESTE TEMA ES UN PUTO PASADO.
Cabreados, nos levantamos
a la vez del suelo. Respirábamos agitados, con los puños cerrados y el ceño
fruncido. Y miradas frías, llenas de odio.
-
¡A mi no me
levantes la voz!
-
¡No me la
levantes tu a mi!
-
¡Gilipollas!
-
¡Cabrón!
Nos callamos. Los dos
cogimos aire. Y entonces pasó. Caímos uno encima del otro, y no exactamente
‘’pegándonos’’.
Al parecer, los dos
teníamos ganas de probar de nuevo los labios. Yo de Mikel, y Mikel los míos.
Seguimos el beso, un beso
furioso, enfadado, como si siguiéramos peleándonos como antes, pero en forma de
amor.
Yacíamos tirados en el
suelo, yo encima, por ser la última en caer.
No sabíamos lo que pasaba,
más bien ni pensábamos, solo seguíamos lo que nuestro corazón nos dictaba.
Suena cursi, pero es la verdad.
Mikel inmediatamente se
quitó la camiseta, como hacía en la mayoría de estos casos. Por mi parte, yo
seguía igual, aunque con un poco de calor.
El quería más, y se notaba
por todos sus movimientos, que solo eran de tocar y sacar ropa.
Paré de seguir los besos,
me entró mucho miedo. Se me pasó por la cabeza todo lo que el me hizo hace dos
años, no podía caer de nuevo.
-
Déjame… - dije
con un hilo de voz, quitándome de encima.
-
Pero… Alicia…
Salí de su habitación con
un poco de ansiedad, necesitaba aire, coger la moto.
-
¿Vas a huir?
¿No querías cambiar?
-
Necesito…
aire…
-
Alicia, por
favor, yo…
-
Calla, te lo
suplico
Paró de seguirme. Parecía
triste, arrepentido por lo que hizo. Pero todo estaba hecho, ya no había vuelta
atrás y rectificar los errores.
En la calle, cogí la moto,
que estaba aparcada en el mismo lugar de siempre. Hacía tiempo que no la
montaba, al menos en mi opinión.
* * *
¿Cuánto tiempo había
pasado? ¿Cuánto había recorrido? No tenía ni idea.
Me estaba dejando llevar
por la rabia y la impotencia, de manera que podría haber recorrido muchos
kilómetros sin darme cuenta. Más bien, iba tan rápido, que adelantaba todo lo
que se me ponía por delante.
Al menos, eso intentaba,
porque algún que otro lo pasaba rozando, provocando varios insultos dirigidos a
mi.
El móvil sonó, y como una
inocente, lo cogí sin mirar siquiera quien era, ya que le prestaba más atención
a la carretera.
- Alicia
Suspiré. Ahora le prestaba
más atención a su voz. No podía creerme que hubiese llamado.
-
Mikel, estoy
en la carretera, no puedo hablar
-
¿Dónde vas?
-
No se, donde
me de la gana, ya te he dicho que…
-
Eh, no quiero
peleas – me cortó por la mitad de la frase – Solo… necesito hablar contigo,
explicarte cosas.
-
¿Pero ves
normal hablarlo ahora? ¿Cuándo estoy conduciendo la moto?
-
Ya, tienes
razón. Pero no habría otro momento, o al menos eso intentarías tu
-
Puede
-
No lo
entiendo, ¿Por qué no quieres hablar de esto?
-
Pues por que
teng…
Se escuchó un fuerte ruido
a través del móvil de Mikel, y por último, todo se quedo comunicando. Sin
contestación alguna.
----------------------------------------------------------------------------------
¡Holiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiis! Bueno solo decir que podré subir los capítulos con más rapidez porque las ideas me han vuelto a la cabeza e.e
Y si, me ha vuelto gracias al asqueroso instituto, que me da inspiración lol.
Espero que os guste, y perdón por haceros esperar <3.
Dudas y opiniones aquí, pls: http://ask.fm/Alicialaloca