Abrí
los ojos con pesadez, sin fuerzas.
Estaba
tumbada en la cama, mi doctora estaba a la derecha mía, y Teresa a la
izquierda.
-
¿Qué ha
pasado? – mi voz era débil y casi ni se escuchaba.
-
Te entró un
ataque de ansiedad y te desmayaste – informó la doctora.
-
¿Un ataque de
ansiedad?
-
Si, exacto –
cogió aire – Alicia estos ataques de ansiedad no son buenos, son muy malos.
Podrías haber estado peor de lo que estabas.
-
¿Estaba muy
mal?
-
No, la verdad
es que no, pero podría haber sido peor… estos ataques incluso te pueden llegar
al suicidio
-
No estoy tan
loca…
-
Pero nunca se
sabe, menos mal que Teresa avisó a tiempo
Miré
a Teresa y le sonreí.
-
Lo mejor serás
que hoy no vallas a la conferencia de los pulseras – dijo levantándose de la
silla.
Sin
saber porque, puse mala cara.
-
Puedo ir, de
verdad
-
No Alicia, lo
mejor será que hoy descanses
-
Pero…
Teresa
intervino.
-
Doctora es que
viene su nuevo novio y lo quiere ver
Miré
a Teresa sorprendida y a la vez molesta, se perfectamente a quien se refería.
-
No la crea
doctora, ¡Ella si que está loca!
-
Alicia y
Mikel, Alicia y Mikel…
-
¿A qué te tiro
la lámpara?
Agarré
desafiante la lámpara de la mesita de noche.
-
¡Ni se te
ocurra! – intervino la doctora – y tu Teresa no la molestes hoy
Salió
de la habitación, y juraría que se estaba riendo al salir.
Teresa
me sacó la lengua.
-
¿Quieres que
le diga algo de tu parte? – preguntó aun riendo de mi.
-
¡Qué pesada la
niña! El y yo tan solo hemos tenidos unas pocas conversaciones, nada más, ni
siquiera nos conocemos…
-
¿Y?, así es
como empieza el amor
-
Teresa por
favor, en este tema déjate de bromas
-
¿En el de
amor?
-
Si…
-
¿Por qué?
La
miré esta vez enfadada de verdad. Ella lo notó y calló al instante.
Suspiré
y cerré los ojos para dormir un poco.
············
-
Alicia… Alicia
va despierta de una vez
Refunfuñé
y arañé el aire.
-
Que quieres
Teresa…
-
Te mandan
recuerdos…
-
¿Qué
recuerdos? – pregunté aun con los ojos cerrados.
-
Mikel te dice
que te recuperes y que espera verte la semana que viene
Abrí
los ojos automáticamente. ¿En serio ha dicho eso? ¡Qué mono es!
-
¿A si?
-
Pues si, creo
que te ha salido un admirador…
Intenté
no sonreír y parecer normal.
No
se de que viene esa felicidad, pero aun así no me importa.
-
Los colores
que se te han puesto… - dijo Teresa tocándome una mejilla.
Empecé
a reír y le intenté morder el dedo de broma, solamente que no me di cuenta y le
mordí de verdad.
-
¡HOSTIA LOCA!
Empecé
a reír con fuerzas, con las lágrimas saltadas de reír.
Teresa
corría por toda la habitación con el dedo hinchado por el mordisco.
-
¡¡Estás loca, Alicia!!
-
Solo un poco,
Teresita
-
¡Me van a
amputar el dedo!
-
Quejica eres…
Me
incorporé en la cama con más fuerzas que antes, con más vitalidad.
-
Te traigo un
trozo de bizcocho, por si quieres
Me
entrego un trozo, con mejor pinta que el anterior.
-
¡Gracias
cielo!
Me
lo comí con dos bocados. Esto si… ¡esto es una comida decente!
-
¡Qué rico!
-
¡Pues si!
Sonreí
y me levanté con un poco de dificultad.
-
Necesito
estirar las piernas
Hice
unos pocos de estiramientos, escuchando como Teresa se reía de mí.
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